Esto ya va en serio...
Hoy es mi tercer día de trabajo en Luxemburgo y parece que me voy haciendo más con todo el temita. Mi debut en la Comisión Europea comenzo bien (bueno, no muy mal, que ya es suficiente) pero a medida que iba pasando el día se me iba haciendo un poquito más cuesta arriba: el idioma, los compañeros, el trabajo... todo completamente desconocido.
Yo aguanté como una jabata todas las dificultades pero cuando llegué al hotel me entró el miedo escénico y me pregunté más de una vez si realmente estaba segura de querer darle un giro así a mi vida. En cualquier caso, ya no tenía remedio, porque mi situación iba en camino de convertirse en definitivamente estatutaria. Y con cada papel que firmaba estaba más cerca de la posición inamovible (en principio, más tarde ¿quién sabe?) de funcionaria europea. El vértigo es majo ¿eh? ¡¡aaaarrrrrggghhhhhh!!
El segundo día empecé a conocer un poco más en qué consistiría mi trabajo. En un primer momento me pareció un rollo, aunque de todos mis problemas éste era el menos importante; bastante tenía con entender lo que me intentaba explicar mi amable colega alemán. El idioma es un problema de los gordos, pero al menos de éste sacaré gran ventaja, porque estoy segura de que termino hablando inglés y francés por los codos. La documentación está en ambos idiomas y la gente habla a ratos en uno y a ratos en otro. Algunos no qieren hablar inglés y otros prefiern no hablar francés, así que por el bien de mi integración en este país no tendré más remedio que hacerme con los dos cuanto antes. Tengo momentos dramáticos, pero hasta ahora he salido de todas. Eso sí, me doy cuenta más veces de las que me gustaría de que la gente cree que no me entero de nada. Y es que a veces pregunto cosas para asegurarme de que me he enterado bien, pero con mi falta de recursos lingüísticos doy la impresión de haber estado en babia durante toda la comida.
Hablando de comida, el restaurante está muy bien; se come decentemente y no es demasiado caro. Bajamos a comer sobre la una o así y tenemos que volver antes de las dos y media. Siempre se me olvida coger algo (servilletas, sal o agua) pero mi atento compi siempre está al loro y me saca de las dificultades con bastante elegancia. El se marcha pronto, porque tiene permiso de "paternidad", pero mientras está en la oficina no tengo problemas.
Hoy he hecho algún trabajo útil; no sé si muy bien, pero se agradece, porque estaba hasta la bola de leer documentación en frenchglish. En fin, continuará...
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