Silvia en Lux

Aprobé unas oposiciones para la Unión Europea y me mudo a Luxemburgo, ¡qué bien!............. ¿¿¿QUÉ BIEN??? Aventuras y desventuras de Silvia en las europas

03 septiembre 2005

Inquilina, por fin

Bueno, ya tengo casita. Es un estudio de 33 metros, pero la verdad es que cunden bastante. Para empezar, tengo una cama de 1,80 m; es casi cuadrada, puedo dormir atravesada o incluso en diagonal. Está muy bien, aunque no me lo pareció cuando volví de Alcampo (Auchan, aquí) cargadita con sábanas, cubrecolchón, almohadas y demás accesorios diseñados para camas de 1,60 m y comprobé que por mucho que estirase no había forma de que entraran. Pero es que yo no sabía que existieran plazas de toros para hacer las veces de cama.

Aparte de la megacama parecería que no cabe nada más. Pues sí, tenemos también una cómoda, un sofá de dos plazas, una mesa baja bastante grande también, una mesita cuadrada y dos sillas. Hay un armario empotrado que resulta suficiente gracias a la cómoda, porque es más bien tipo zapatero.

La cocina está muy bien aprovechada y es más que suficiente, pero es el baño es lo que me va a proporcionar un cuerpo danone; no porque tenga sauna, sino porque apenas quepo. Tengo que cerrar la puerta para entrar en la ducha y abrirla para coger la toalla y así. Bueno, la verdad es que exagero un poco, pero es que al lado de esa cama todo parece diminuto…

Al menos la cama es cómoda, la cómoda es útil, a pesar de que los cajones no abran demasiado bien y el agua sale calentita y con fuerza. No es que el apartamento estuviera inmaculado, pero no tuve que limpiar tanto como me temía. La tele no funciona pero me da un poco igual esperar a que me la arreglen porque, total, la mayoría de las cadenas no las entiendo y las que puedo pillar son casi tan horribles como la TVE internacional. Esta solo se salva gracias a los informativos y al programa de Ramón García y sus bolos humanos, elemento característico de la España cañí que aquí no deja de tener su gracia.

Lo divertido es la lavandería y el trastero. Parecen escenarios de una película de terror. Eso me va a servir para hacer amigos, porque esperaré agazapada en el rellano hasta que vea bajar a algún vecino con la colada; de otra forma no bajo ni loca. Al menos mi lavadora está nuevecita, porque eso sí, cada vecino tiene la suya y pone su nombre, para que nadie se confunda.

La puerta del trastero la abrí y seguidamente la cerré con mucho cuidado, porque no me dio demasiada buena pinta; lo intentaré de nuevo cuando venga Félix, porque a lo mejor me dejé llevar por recuerdos de imágenes de alguna de esas pelis a las que absurdamente califican como de terror juvenil (como si el terror tuviera edad, como si a esos efectos fuesen relevantes los años de la niña que acaba con la cabeza colgando…).

En resumen, que voy a lavar más bien poquito, sólo los días que libre por la mañana. Me tendré que comprar mucha ropa, y de usar y tirar… Buena idea.

1 Comentarios:

At 8:27 a. m., Anonymous Anónimo said...

Vaya con que te estas preparando para hacer el guion de una "peli" de terror americana con lavanderia y trasteros oscuros y solitarios (suena musica de terror).

 

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