Silvia en Lux

Aprobé unas oposiciones para la Unión Europea y me mudo a Luxemburgo, ¡qué bien!............. ¿¿¿QUÉ BIEN??? Aventuras y desventuras de Silvia en las europas

23 octubre 2005

Luxemburgo inédito

Hoy ha amanecido lloviendo mucho y estaba dudando entre calzarme las botas y el gorro de lluvia y salir a pasear, o quedarme en casita viendo llover desde la ventana. De pronto, salió un sol estupendo que iluminó la habitación y pensé, pues me voy; al poco se volvió a nublar y pensé, pues me quedo.

Y después de dudar más que Hamlet en sus mejores momentos pensé que en esta ciudad era una absurda tontería planear hacer algo en función del tiempo, que es más variable que los argumentos de Zaplana. Así que deje de pensar, agarré las botas, el gorro y la bufanda y eché en la mochila la cámara de fotos, las gafas de sol, el MP3, un cuaderno y un boli y salí, dispuesta a recorrer el Luxemburgo inexplorado.

Me habían hablado de un tortuoso camino que conducía hasta la Abadía de Neumünster, que es uno de mis lugares favoritos, así que me dirigí hasta allí, camuflada entre turistas japoneses y empeñada en superarles en número de fotos por minuto.

Efectivamente, el camino es bonito, es una empinada cuesta que conduce hasta el Grund, la parte baja de la ciudad. Aquí abajo se está estupendamente. Estoy sentada en un banco, a la orilla del río, viendo pasar a los patos por el agua y a la gente por el puente.

También veo a una chica en la casa de enfrente, regando las plantas en el jardín y vestida con pantalones cortos y camiseta de tirantes. Señor, yo llevo gorro, bufanda y abrigo y me arrepiento de no haber cogido los guantes... Inmediatamente miro a mi alrededor y me consuelo al ver que hay mucha más gente con gorro, o sea que no soy yo sola la que padece el frío luxemburgués, a pesar de mi fama. Ah! Se acaba de poner un jersey, la cobarde. Ya me parecía a mí.